POP e IMAP son los dos protocolos de correo electrónico más utilizados en Internet. Ambos permiten que un cliente de correo se comunique con los servidores de correo, pero lo hacen de formas muy diferentes.
¿Cómo funciona POP?
POP (Protocolo de Oficina de Correos) es el más antiguo de los dos protocolos para acceder al correo electrónico. Funciona básicamente descargando los correos electrónicos almacenados en el servidor al cliente de correo.
Si utilizas POP y deseas acceder a tus mensajes desde otro cliente de correo (distinto al predeterminado) o desde el webmail, es posible que los mensajes se eliminen del servidor. Aunque algunos clientes permiten conservar una copia en el servidor, siempre que sea posible se recomienda usar IMAP.
Sin embargo, POP también tiene ventajas. Los correos quedan almacenados localmente y están disponibles incluso sin conexión a Internet. Por eso, POP es recomendable para quienes necesitan acceder a sus mensajes en todo momento, incluso sin conexión.
¿Cómo funciona IMAP?
IMAP es el método más popular para conectarse a un servidor de correo electrónico. A diferencia de POP, IMAP no descarga completamente los mensajes, sino que muestra el contenido del buzón tal como aparece en el servidor.
IMAP mantiene el cliente sincronizado con el servidor, y los mensajes se descargan solo como copia temporal. Además, las carpetas como «Spam» son gestionadas correctamente únicamente con IMAP. Esto significa que para ver y eliminar mensajes de spam, es necesario utilizar una conexión IMAP.
El webmail utiliza IMAP por defecto. Por todo esto, se recomienda encarecidamente usar IMAP, ya que permite tener visibilidad total sobre las carpetas del correo, como la de spam, y facilita consultar los mensajes desde varios dispositivos sin que se eliminen del servidor.